la más freak del libro Guinness

miércoles, 21 de julio de 2010

Pensamiento

Otra vez, me quedé pensando un momento, que fueron horas. Pareciera que el insomnio trae consigo los pensamientos más profundos, que abigarrados y desordenados interrumpen el descanso. Y aunque puedo controlarlos, mi intención es ser protagonista de su libre fluir, hasta no saber quién domina a quién, porque tengo por seguro que bien es debido dejarlos ser y es más digno respetar las necesidades de la conciencia que las del cuerpo, pues tendré tiempo de sobra para descansar cuando no exista mi conciencia ya. Demás aclarar que el descanso, como el alimento, es un requerimiento biológico, lo cual da evidencia de su vital importancia. Pero ¿no es esto esencial tanto para los animales, como para las bacterias, como para los insectos? ¿Acaso la satisfacción de las necesidades con anterioridad nombradas no describen el funcionamiento de un ser autómata? Pues bien, de seguro hay otras necesidades a las que intento hacer alusión y cuya saciedad no es menos importante que las corporales: las del espíritu, las de la conciencia. Pero antes de preocuparse en cumplir con estas, sería menester preguntarse si se cuenta con lo primero…

<< Hastiada estoy de satisfacer la carne, los sentidos. Hastiada estoy de vosotros, que cimentáis y contribuís con una cultura de lo superficial. Hastiada de ser esperada actuar igual que vosotros, ¡imberbes!, que dais culto a lo exterior, que reivindicáis la imagen y priorizáis la satisfacción de los placeres carnales, ¡lascivos! ¡Ay! ¿Cuántos de vosotros podríais declararse profundo si apenas tenéis sentimientos y huís despavoridos cuando alguien es capaz de sentir amor por vosotros? Tenéis el alma anestesiada, por eso no sois capaz de sentir con ella, por eso sólo puedes describir al amor como un cosquilleo… ¡Te he visto confundir los sentimientos con sensaciones! ¡Te he visto somatizar lo que excede a tu espíritu! Y te has habituado a valorar a tu prójimo por su exterior… ¡Y también tú estas acostumbrado a que te valoren por lo mismo! Por eso prejuzgan tus ojos y no tu alma. ¿Y cuántos de vosotros me daríais la razón? Pues si no puedo llegar a ti no es porque me equivoque en lo que os objeto, sino más bien porque no sois lo suficientemente profundo y te desbordo.
Me desilusiona su comportamiento, hombres actuales. ¿Cómo con lo que digo no entráis en razón? Y he maldecido una y mil veces la sociedad que me ha parido ¡Pero no más de lo que vosotros habéis blasfemado contra mí! Y me he esforzado por entenderlos y he logrado, de hecho, que mi cuerpo os entienda, mas quien no concibe sus artilugios y marañas es mi espíritu profundo.
Y te has irritado y me has mirado confundido y exacerbado cuando te pregunto qué es lo que te llena… porque hinco el dedo en tu yaga más ardiente: la de la hipocresía, la de la superficialidad que te fastidia admitir.
Yo, en cambio, busco en lo más elevado algo que me llene; hablo de un placer que no se siente con los sentidos ¡Ah! Pero ¿Cuántos de vosotros seríais capaces de sentir esto? Un espíritu profundo no se llena fácilmente ¿o acaso es simple colmar el cielo de estrellas? ¡Luego fijad lo elevado que es! Es por eso que vosotros, post modernos, os llenáis con frivolidades, eso da pauta de vuestra superficialidad. Y es por eso que no creéis en Dios y desdeñáis la metafísica, porque no contáis con la suficiente profundidad para abarcarlos. Y quien objete esto e hipócrita pretenda mostrarse profundo que responda con qué sentidos se siente a Dios, con qué sentidos se siente la felicidad y la libertad que ofrece la sabiduría… Y sabéis de lo que hablo pero aún no me interpretas porque la satisfacción de los sentidos es más inmediata. Todo debe divertir, todo debe ser hilarante, todo debe trasgredir para tener su cuota de excitación, todo es estímulo para los sentidos, pero todo eso es efímero, fugaz ¡Hipócrita! ¿¡Cuánto más vale encontrar lo que realmente te llene y te haga grande de espíritu y te haga libre en la mente!? ¡Ah! ¡Pero es más fácil encontrar la diversión a corto plazo que el regocijo eterno! Ves que te conozco, no te prejuzgo, te juzgo, pero desde más alto donde puedo observaros. Y observo divertida, ¡en verdad me divierten! Son coloridas marionetas para mí… son títeres todos manejados por las mismas manos siniestras, quien de la vuelta al escenario sólo se encontrará con eso ¡manos que juegan con marionetas huecas! Por eso no divierten cuando uno ya sabe la verdad. No respondes lo que quieres, sólo respondes lo que está previsto que respondas, no te divierte lo que realmente te divierte, sino lo que se supone que te debe divertir, no respetas lo que te llena, sino lo que se demanda que te debe llenar… ¡No te proclames libre, imberbe! ¡Si vives obedeciendo! Y primeramente, eres esclavo de tu cuerpo y sus miserias ¡Ay! ¡Pero aún eres más miserable de espíritu!: tu cuerpo lo ha opacado porque la satisfacción de sus necesidades son más claras y evidentes. Por eso dejas que el sexo te llene, los excesos, lo prohibido, los vicios, en pocas palabras, ¡lo que satisface al cuerpo te llena! Os conozco demasiado, y puedo dirigirme a todos en general porque sois iguales, se fundamentan en lo mismo: sois ramas del árbol de raíces envenenadas ¡que sólo dará frutos venenosos!
No sois el futuro que a Zarathustra le hubiera gustado ver, no sois la sociedad en la que los más avanzados apostaron sus esperanzas, ¡cuánto más convendría reivindicar las sociedades anteriores! Que al menos gozaban de la salud que tus vicios y tu concupiscencia han plagado… y por esto me condenas retrógrada, mas yo os digo: “¡retrógrada la involución de la que formas parte y de la que te empeñas en adherir!, retrógrado tu espíritu bajo, nulo y tu simple forma de contemplar lo maravilloso”.
Estáis cegados por vuestros propios ojos, sólo te complace lo que por ellos adviertes, pues no conoces otra forma de conocimiento. Has vivido mucho tiempo limitado, ¡pero te esmeras en proclamarte liberal! Liberalismo, y de esta palabra te aferras para escupir las miserias que te infectan el alma. Liberalismo, y con ella los vicios no son vicios sino pequeños gustos. Liberalismo, y en su eco suena y junto a su bandera flamea .Liberalismo, y con esto simulas ser la sociedad prometida, y con esto disfrazas de antiguo y caduco todo lo que es ético, todo lo que es jurisdicción de la moral, todo lo que es moderado y circunspecto. ¡Hipócrita! ¡Tu liberalismo te domina! Ahora que supones ya no tener más a que obedecer ¡Obedeces a la libertad a la que estáis condenado! ¡Pero otra vez te confundes! Confundes libertad con libertinaje, confundes cobardía con moderación, diversión con regocijo, alegría con felicidad. En verdad os veo vivir atolondrados, buscando desesperados, ¡Sí! revolviendo entre placeres y estímulos hasta encontrar el que os haga sentir felices, el que dé sentido a sus irrelevantes existencias. ¡Iluso! ¡No te das cuenta que así es más difícil! Te aseguro: encontrarás mejor aun vendándote los ojos, porque por fin observarás con el espíritu la felicidad en lo que tus ojos desdeñan. Por eso os aconsejo sed de los que prefieren arrancar los ojos, colmar la piel de ardientes yagas: anular los sentidos antes de proclamarse desdichados, porque la felicidad está… ¡Al alcance de vuestras manos! Sólo que no sabéis mirarla…>>
Repentino silencio. Mis pensamientos se callan súbitamente, mi mente en blanco, algo alivia la conciencia aturdida ¿Me he quedado dormida? No. Cálida tranquilidad, portador de paz es el sol que a paso firme silencia con luz pensamientos oscuros: Dios me regala un nuevo día.

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